
La hija del zar / The Tsarina's Daughter (Spanish Edition)

Esta historia, sin embargo, es contada por la gran duquesa Tatiana desde la perspectiva de su vejez, a los 93 años, casada y con hijos y nietos. Sus primeros recuerdos datan de cuando tenía seis años y el pueblo adoraba al zar llamándole “padrecito” y venerando al nuevo heredero del trono recién nacido: Alexis. Pero la zarina Alexandra portaba el gen de la hemofilia y ésta enfermedad se manifestó en él, sobre el cual pendía el peligro de muerte a cada paso que daba, y que sufría un dolor y sufrimiento inmensos por cada pequeño golpe que padecía. Así que la dinastía Romanov se tambaleaba cada vez que sucedía alguno de esos ataques.
La guerra contra Japón empeoró el estado anímico de Rusia, en el pueblo comenzaron las huelgas y ataques de los cosacos contra los ciudadanos, hasta que finalmente llegó la Primera Guerra Mundial. Entonces la situación se hizo cada vez más descontrolada, desembocando en la Revolución Rusa y la instauración del poder político de los bolcheviques.
Tatiana era la segunda hija del último zar, Nicolás II. La más bella de las hermanas, y la protagonista de esta historia. Cuenta sobre su vida en palacio, sus impresiones del pueblo explotado y sus sentimientos ante sus padres y familiares. Se nos presenta un padre débil y pusilánime, que no sabe y no afronta la guerra tal como es, y a una madre de fuerte carácter pero con supersticiones y constantes enfermedades, que ve y oye a su madre muerta por los pasillos, su preocupante y ciega confianza en un stárets (hombre santo, curandero) cada vez más siniestro e influyente, Rasputín, y su rendición al efecto tranquilizante de herr Schmidt, que no es otro que el doctor Freud, que planea retenerla en un manicomio, debido al odio de la antigua zarina Minnie, madre de Nicolás, hacia la zarina Alexandra. El odio del pueblo hacia la zarina, de origen alemán, se manifiesta cada vez con más fuerza, hasta el punto de referirse a ella como “zorra alemana” y se evidencia con las viñetas obscenas de la zarina con Rasputín, del que se rumoreaba que era su amante.
El entorno que la rodea y la protección que le brinda el palacio no le impide a Tatiana ser consciente de la realidad, aunque desde la distancia, consciente del pueblo furioso que exige sangre, mucha sangre, y un futuro mejor, consciente del emperador indiferente y débil, consciente de todas las barbaridades que se suceden en su gobierno. Pero estos pensamientos entran en conflicto con los sentimientos hacia su familia, se siente avergonzada por su padre pero también le ama con locura, así que su intervención en sus actos es más bien tímida e incómoda, sobre todo porque el zar no reacciona como se espera de él.
Al llegar la guerra, la zarina y sus hijas se alistan como enfermeras voluntarias, y es allí donde conoce a Mijaíl, un soldado georgiano herido del cual se enamoraría y con el que compartiría su futuro. Esta historia es muy dulce y bonita, aunque está tratada en un segundo plano. Es más importante el carácter de la familia imperial y las complicadas relaciones entre ellos. Porque todos están emparentados a través de la zarina Alejandra, nieta de la reina Victoria y sobrina del káiser alemán Guillermo II. En resumen, el zar Nicolás II, el káiser Guillermo II y el rey Jorge V son parientes, los tres, de la reina Victoria. Las complicadas relaciones familiares y lazos de sangre y políticos son parte importante de esta novela.
Y, cuando estalla la revolución, el zar abdica y la familia es confinada en el palacio de Tsarskoie Seló, San Petersburgo, y más tarde llevados a Siberia, a la ciudad de Tobolsk, donde serían ejecutados después de unos meses de miseria y carencias en una casa destartalada y en pésimas condiciones para sobrevivir al invierno, vigilada constantemente por unos guardias que les humillan continuamente y por un hombre conocido como “el Fusil”.
Sin embargo, la autora ha querido darle un final bonito a la historia, con un giro de 180 grados para que Tatiana se salvase y se casase con el amor de su vida, Mijaíl. Ha introducido personajes que en realidad no intervienen en la Historia, como Mijaíl, Daria y demás. Es una novela con un estilo nostálgico de la familia imperial rusa, sencillo y sin artificio, lleno de intrigas, misterios, odios y pasiones. Con una buena ambientación y documentación, obviando el hecho de que es un libro de ficción, por supuesto, se mantiene fiel a la Historia y el carácter de sus personajes se ciñe bastante a la realidad. De los fallos que le encuentro es que me hubiera gustado que describiese la vida de Tatiana después de salvarse de la matanza, pues no se desarrolla ni explica cómo consigue salir del país dominado por los bolcheviques ni cómo salen adelante, y también que la historia de amor estuviera más profundizada, que ganase más protagonismo, pues es más bien una trama secundaria que la historia en sí.
Me ha resultado un libro muy bonito pero sin la fuerza que caracteriza a otras novelas. Y me refiero con esto a, que si buscáis una gran historia de amor, este no es vuestro libro, pero si buscáis una biografía de la última familia imperial rusa y de su modo de vida y de afrontar los problemas y los conflictos internos, aquí la encontraréis.