Angel

Angel - McCullough Colleen, Fernando Mateo Harriet Purcell es una joven de 21 años dispuesta a romper con todo: con su familia, con sus amigos de toda la vida, con su novio... tiene el novio más soso y deprimente que pueda existir, quiere independizarse de su familia y tener su propia habitación, no dar explicaciones a nadie y tomar sus propias decisiones. Nada más conseguir el diploma de técnica en radiología, empieza a trabajar en el Queens, uno de los grandes hospitales de Sydney por esa época, los años 60. Allí conoce a Pappy, una mestiza china con la que congeniaría desde un primer momento y que la inicia en su próximo mundo. Pappy vive en Kings Cross, un lugar de dudosa reputación habitado por prostitutas, bohemios y demás; como bien le decía su padre, el peor lugar donde querría ver a su hija.

Sin embargo, por rebeldía o por afán de conocer lugares lejanos e inimaginables de su infancia, visita ese lugar. La casera, Delvecchio Schwartz, es una mujer mayor que, además de las rentas, vive también de echar las cartas de tarot o leer el futuro a clientas ricas. Nada más conocerse, la convence de alojarse en uno de los compartimentos y así formar parte de la comunidad de La Casa. Sin embargo, no es la insistencia ni la astucia de la casera lo que la anima a tomar la decisión, sino la hija de ésta. Se llama Flo, y será su “ángel”, de ahí el nombre del libro, es una niña de cuatro años que no habla, pero su madre insiste en que no es muda y mucho menos retrasada. Harriet sabe desde el principio que está ante un ser asombroso, de una inteligencia sublime, ante una mirada triste y sabia, el nuevo experimento de Dios, que trataba de crear el ser perfecto... y el resultado fue esa niña, monstruosa para algunos, maravillosa para otros. Es una médium, y lo único que parece gustarle a su edad es pintarrajear las paredes de La Casa.

A partir de cierto punto una se pregunta para qué le han puesto “Ángel” de título, vale que sea debido a la niña, pero ésta aparece en contadas ocasiones a lo largo de la trama. Más bien parece que trata sobre los distintos episodios de la protagonista durante año y medio, tanto en La Casa con el resto de los inquilinos como sus compañeros en el hospital y gente que va conociendo a lo largo de la historia. Y sus líos amorosos, también. El libro está escrito en primera persona en forma de diario, y no es constante, a veces pueden datar varios días seguidos o incluso un día al mes, esto viene indicado al principio de cada día que se presenta, así que no hay confusiones.

Debo decir que, si buscáis una historia de amor, aquí no la encontraréis. Para empezar, Harriet está impaciente por perder su virginidad a toda costa, ya está harta de su situación y quiere “deshacerse de ese escollo”, así que la pierde con un hombre con el que se encuentra en un momento dado, están juntos una semana y no le vuelve a ver. Me pareció un poco superficial en este punto, aunque ya me había dado cuenta de que Harriet no es mujer de un solo hombre...

Se convierte en la amante de un médico, éste está casado pero su esposa es fría e indiferente y no le aporta ni consuelo ni compañerismo, solamente es la madre de sus hijos. El médico es un hombre honorable excepto en el compromiso matrimonial, en lo demás, es de palabra y muy amable e inteligente. Creo que es el que más me gustó.

Los personajes que os encontraréis en este libro son de los más variopintos: lesbianas, prostitutas, artistas bohemios, policías de antivicios, tarotistas, médiums, ricachonas, médicos, monjas...

Primero está Toby, el pintor del ático, obsesionado con la limpieza y la perfección. Desde el principio se ve que siente algo por Harriet, aunque ella, tan aguda en unas cosas, en otras es muy obtusa. Piensa que en realidad quiere a Pappy, más hermosa y experimentada que ella.

Pappy, su amiga, trae de cabeza. Es generosa y cariñosa, trabaja en el hospital junto a Harriet, pero los fines de semana no hay ni rastro de ella. Se pasa esos días con hombres, en plural. Es una ninfómana, aunque ella dice que en realidad está buscando a su alma gemela mediante el sexo. Y lo encuentra, se lía con un filósofo famoso decrépito a más no poder. Éste está casado, pero asegura que por ella se divorciaría de su mujer y abandonaría a sus siete hijos.

Hay muchísimos personajes más: Jim y Bob, las lesbianas, Klaus, que toca el violín y cocina platos deliciosos, Harold, profesor de colegio con muy malas pulgas, las compañeras solteras del hospital... y digo las solteras porque de las que aparecen, ganan más protagonismo aquellas que están en busca y captura de marido.

A medida que pasan los días vamos sabiendo más de estos personajes: Pappy con sus líos con el filósofo; Toby con la inminente pérdida de su empleo; el médico con Harriet como amante y la esposa de éste que no emite nunca palabra alguna, aunque aparece un par de veces... Y sobre todo la tarotista Delvecchio, que le lee el futuro a Harriet cada fin de semana, y todo se cumple... la niña Flo con su extraña conducta pero, sin embargo, totalmente consciente de todo lo que ocurre...

Todo transcurre en su curso normal hasta el día en que Harriet encuentra a Flo manchada de sangre... descubre que su madre ha muerto y su asesino se ha suicidado. Desde ese instante ya comprendemos el por qué del título. Harriet lucha por conseguir la custodia de su ángel, y no parará hasta lograrlo. Y lo que es más curioso, siente más amor hacia la niña que hacia cualquier hombre que podría amar jamás y esto lo sabe con una certeza avasallante. Es una historia de amor, sí, pero de amor a los hijos, pues Harriet quiere a Flo como si la hubiera parido ella misma y nada ni nadie podrá remediarlo. Antepone las necesidades de la niña antes que las del resto.

“Ángel” no me ha parecido el mejor libro de McCullough, he echado de menos esa profundidad en la historia, como la de “El pájaro espino” o “El desafío”. Sin embargo, es entretenido, tiene buenos golpes y los pensamientos de la protagonista son muy directos y particulares. Suele decir las cosas sin rodeos, sabe lo que quiere y cómo lo quiere, así que no duda en el momento de actuar. Su pragmatismo y decisión son lo que más nos atraen de este personaje, y su cuidado sentido del humor, también. A veces esto le acarrea serios problemas pero en general sale bien parada de la situación en que se encuentra. En resumen, me ha gustado el libro, he pasado un buen rato con él y me ha levantado el ánimo, pero no me ha parecido nada memorable.